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04

Ago

Columna escrita por:

pasawebadmin

El perro bien alimentado
Con una dieta bien equilibrada, un cachorro de Colie por ejemplo crecerá con un pelaje brillante cubriendo un cuerpo musculoso y de estructura ósea perfecta.

Menaje de cocina
Sera difícil que el perro pueda volcar un pesado cuenco de cerámica, sí cocinamos carne fresca para nuestro animal. Podemos usar cualquier cacerola, pero como precaución higiénica es mejor guardar los utensilios empleados para la comida del perro separados del resto del menaje de cocina. Hay que fregar los cuencos y los cubiertos después de cada comida. las latas de comida preparada se pueden guardar, cubiertas después de cada comida. Las latas de comida preparada se pueden guardar, cubiertas con tapas de plástico, en la nevera durante un máximo de tres días.

Vitaminas y minerales

Complementos vitamínicos
Nuestro perro debería obtener todas las vitaminas y los minerales necesitan en una dieta equilibrada. No obstante, a veces puede requerir complementos vitamínicos.
Este caso suele darse durante la gestación, la lactancia o el desarrollo del cachorro, y cuanto el animal esta convaleciente de una enfermedad.
Solo se deben aportar estos complementos bajo supervisión del veterinario, ya que su exceso puede ser tan perjudicial como su carencia.

Calcio
Los cachorros en crecimiento y las madres lactantes a menudo necesitan aportes de calcio.

Tabletas de vitaminas
Los perros raramente parecen carencias vitamínicas, aunque se les pueden dar sabrosas tabletas como premios.

Harinas de huesos
La harina esterilizada de huesos es una buena fuente de calcio. Hay que suministrarla bajo control veterinario.

Alimentación correcta

En estado salvaje, el perro se atiborra con cualquier clase de comida disponible y se mantiene con ese alimento durante varios días. Esta comida se aloja en el estomago, donde apenas se digiere, y de ahí pasa poco a poco al intestino. En el perro domestico este proceso puede conducir a la obesidad. Algunos perros de compañía, especialmente las razas más pequeñas, son muy remilgados a la hora de la comida. Levantan el hocico delante de determinados alimentos y chantajean a sus dueños para que les ofrezcan menos completos entre los que elegir una selección diario.

Nuestro perro no debería comer únicamente lo que quiere. La frecuencia de las comidas no es realmente importante, aunque la norma es una o dos veces al día.

Si esta sobrealimentado habrá que reducir la aportación calórica o aumentar su desgaste energético con más ejercicio.

Si nuestro perro rehúsa comer habrá que buscar consejo veterinario acerca de su salud y ofrecerle comida dos veces al día, retirando los restos al cabo de un rato.

La guerra entre nuestra voluntad y la del animal puede durar una semana, pero al final el perro comerá lo que nosotros queramos.

Comiendo Huesos
Roer un hueso masajea las encías y ejercita los músculos de la quijada, pero también puede dañar los dientes y la boca.

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